A CIERTA ALTURA, de Antonio Aliberti (1938-2000)

A CIERTA ALTURA, poesía, de ANTONIO ALIBERTI
(edición póstuma)
14×20, 244 pag. Editado por La Luna Que, 2004.
Compendio póstumo de los libros inéditos: “Timbales”, “Línea ambigua”, “Nessun maggior dolore” (bilingüe italiano-castellano), “Incierta vocación” y “La mujer que llegó al atardecer”; segunda parte de las obras completas de Antonio Aliberti.
Arte de tapa: Francisco José Finet.
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Antonio Aliberti ha sido poeta, narrador, dramaturgo, crítico literario y traductor de poesía y narrativa italianas. Su profusa labor y calidad literarias lo instalan dentro del grupo más prolífico de creadores que mantuvieron viva la actividad poética en las últimas décadas del siglo pasado. La reflexión funde entre sus versos la desenvoltura del bien, la esencialidad de la palabra para escudriñar los mundos —interior y exterior— y la preocupación por la ubicuidad del hombre. Forma y contenido se unen para moldear un verso cuidado, consistente y libre de esgrimas superficiales. La sonoridad apoya al concepto, la imagen al recurso, el resultado a la vida. No hay distancias, más que formales, entre su lírica, su narrativa y sus humanas virtudes; sus palabras encuentran el camino para autenticar la voz segura de un corazón tierno que abre sus puertas de par en par, que brinda todo lo que su cuerpo encierra. La suscitación, emergente del fino desarrollo de los poemas, y el dolor existencial de fondo, hacen de toda su obra un abrazo conmovedor del que acaso pocos puedan sustraerse. Las miradas del poeta son la versión más fiel de la subjetividad cuando el talento es común denominador. Es la suya una obra cuyo brillo, aun haciendo pie en lo confesional, examina los sucesos sociales y pasionales no menos que los intelectivos, con honestidad, sinceridad y seguridad dignas del hombre de genio.

Tiene su mensaje una tendencia al encuentro metafísico, una mirada que atraviesa o separa la materia en sus mínimas partes, un color que se apoya en la expresión para dar el tono único de su grito. Tratándose de una figura sobresaliente de nuestras letras, esta segunda parte de su creación poética no hace más que aseverar lo que en “Apuntes de veinte años” —la recopilación de sus primeros libros— reveló en calidad y madurez.

                                                                                                                                       Ricardo Rubio